Primer reto: Colores consistentes
A pesar de que los proveedores utilizaban los códigos de color correctos para presentar las muestras sumergidas en el laboratorio, los lotes seguían presentando diferencias, por lo que la empresa DK recordó los estándares físicos que utilizaban sus casas de tintes para medir cada uno de ellos con precisión. Un espectrofotómetro Datacolor 500 reveló variaciones significativas entre las copias de los mismos estándares de color.
«Puedes imaginar lo frustrante que fue para los diseñadores descubrir esto», dice Hall. «Crees que lo estás haciendo todo bien, siguiendo las normas, utilizando una caja de luz para evaluar el color, pero sigues obteniendo resultados incoherentes. Encontrar esta variación era inaceptable para ellos».
A continuación, la empresa DK realizó una inspección minuciosa de las muestras que se habían enviado a Dinamarca para que los laboratorios de tintes las aprobaran. De nuevo, utilizando un espectrofotómetro, descubrieron que el 95% de las muestras habían sido cortadas del mismo lote. Antes de esta revelación, se invertía mucho tiempo y esfuerzo en elegir la «mejor» muestra porque los diseñadores creían estar viendo 4 dips diferentes, sin darse cuenta de que procedían de la misma formulación.
«Se trataba de un caso combinado de recortes y falta de comunicación por ambas partes, pero era un problema que había que resolver», explica Hall. «La mejor solución es una buena especificación, buenos procedimientos y buena comunicación».